A los peruanos y peruanas les gusta la carne.
No es algo a lo que ha estado acostumbrado. Con 42 kg de consumo al año (APA, APP, MINAG 2010), el peruano come menos que las dos terceras partes de los 70 kg anuales que consume el promedio de nuestros vecinos sudamericanos. El crecimiento económico sostenido de los últimos 10 años, ha provocado que el peruano -ávido de mejorar la calidad de proteína que ingiere- consuma 1.5 kg mas de carne al año. La gran mayoría de ese consumo incremental viene del pollo, ya que al cerdo nunca se le ha dado mucha bola en nuestros país (tenemos el consumo per capita mas bajo de Sudamérica) y no somos un país ganadero.
Todo bien hasta ahí. Nuestro país tiene excelentes condiciones para la crianza avícola (los desiertos de la costa son ideales para tal actividad) y la aceptación de la carne es entusiasta. Pero los pollos comen maicito. Si, al final el pollo es pollo y necesita su maicito. Con ese grano, se le prepara su dieta balanceada para que el ave llegue rauda a nuestras mesas para el próximo ají de gallina (o de pollo, ajem…)
Una dieta típica de estas aves, consta básicamente de maíz, soya y algunos subproductos agrícolas para equilibrar los niveles de fibra y proteína. Prácticamente ya no se utiliza harina de pescado (con los precios de ahora, es un buen recuerdo de los colegas ingenieros especializados en nutrición animal). El maíz es el proveedor de energía por excelencia, necesaria para que las avecillas tengan combustible suficiente para crecer fuertes y desafiantes. Y de un tiempo a esta parte, la soya es empleada para ayudar a proveer proteína en la dieta de las aves.
Y es precisamente acá donde comienza el problema.
Que cada peruano agite su plato demandando 1.5 Kg extra de pollo al año, significa que la dinámica industria avícola nacional, debe -al menos- proveer 43,500 toneladas extras de carne al año. Sacamos calculadora : Cada pollito de 2.5 kg de peso vivo, que es el peso que tendrá cuando llegue la hora de despedirse de su collera del galpón, habrá comido unos 5 kg de dieta balanceada, y rendirá 1.8 kg de carne. Digamos, conservadoramente, que para preparar esos 5 kg de alimento balanceado, se utilizaron 2 kg de maiz. Y acá es donde la cosa se pone interesante. Entonces tenemos que: aprox. 1.8 Kg de carne = 2 kg de maíz. Es decir, que para producir esos 43,500 toneladas extras de carne de pollo que nuestro estomago reclama, se deberán emplear mas de 48,000 toneladas extras de maíz al año.
Maicito
Tenemos una relación complicada con el maíz. El promedio de producción por hectárea es inferior al del promedio sudamericano (30 TM vs 38 TM). Sin embargo, mientras Argentina y Chile reducen sus áreas de cultivo (teniendo una altísima productividad por hectárea), nosotros añadimos aproximadamente 11 mil hectáreas nuevas al año para la producción de maíz. Evidentemente, esta ampliación de áreas de cultivo, contribuye al hecho que el Perú haya doblado su consumo total de pesticidas de 5,100 toneladas en el año 2000 (entre herbicidas, fungicidas, y demás) a mas de 11,500 toneladas en el 2009.
Y por si fuera poco, dado que este aumento de producción no cubre la demanda de maicito por los pollos, las importaciones peruanas de maíz crecen aprox. 14% al año (FAO, 2002-2007), muy por encima del promedio regional, continental e incluso mundial. Y ya intuimos a donde va todo este maíz importado (ademas de a hacerle hueco a nuestra balanza comercial). Correcto, a los pollitos. Como ejemplo, en 1998 Perú consumió 1.9 millones de toneladas de maíz : 1.5 millones para alimento animal, y medio millón para alimentación humana. En el 2007, Perú consumió 2.9 millones de toneladas de maíz. Nosotros comimos lo mismo : medio millón de toneladas. Los animalitos dieron cuenta de … 2.4 millones de toneladas de maíz! Y es que es obvio… si nuestro consumo per capita de carne creció de 27 a 42 kg en menos de 10 años!
Recuerdan que líneas arriba mencione a la soya? Bueno, mejor olvidarla. Perú produce el 0.05% de la producción sudamericana. Es decir, todo lo que ves fabricado con soya tiene que ser importado. Otro dato curioso en la misma línea. Perú produce 2% del total del maíz sudamericano; pero los peruanos representamos al 8% de la población sudamericana. Alguien menciono “gap”?
Alguito
La crisis mundial de alimentos, que esta vez esta pegando con mas fuerza que en el 2007/2008, ya hizo saltar los precios de los principales commodities en mas de 36%. En países donde el gasto en alimentación representa una buena porción de los ingresos familiares, ya se esta comenzando a sentir el tiron. Y no nos equivoquemos, las épocas de alimento barato (si alguna vez existieron) ya no regresaran mas. Por que? Entre varias razones, una de las principales es que hay gente al otro lado del mundo que demanda tener mejor proteína en la cocina, exactamente igual que nosotros. Esta misma gente compite por el maíz y soya que importamos. Y adivinen que… ellos, que tienen un crecimiento económico mejor sostenido que el nuestro, pronto comenzaran a ganar las apuestas.
Que hacer? Regresar a nuestros origenes vegetarianos? Quizás a ti amigo, amiga te parezca una buena idea que escuchaste en la clase de yoga. Pero la inmensa mayoría de peruanos no piensa así. De hecho la inmensa mayoría de humanos no piensa así. Entonces…?
Foquito
El panorama de futuro desabastecimiento mundial de alimento ya había sido avizorado por científicos y economistas hace buen tiempo. Desde la “Revolución Verde”, que en los 60’s permitió que muchos países ganen su independencia alimenticia, ya se miraba con temor a las proyecciones de crecimiento exponencial de la población mundial en el S. XXI. Pero lo que los investigadores no adivinaron, es que habría un cambio tan radical en los patrones de consumo de los miles de millones de personas que habitan en países emergentes.
URGE una nueva revolución tecnológica, que permita aumentar la productividad por hectárea de lo que comemos, o de lo que comen aquellos que nosotros comemos. Y quizás aun mas importante, no podemos seguir ampliando fronteras agrícolas para suplir esta demanda. Las selvas, junglas y bosques de la tierra no deben perder una hectárea mas por nuestro apetito.
La situación no permite mas demoras. Desechar de plano alternativas tecnológicas, que pemitan asegurar nuestro sustento como especie, es inconsciente y egoísta. La agricultura intensiva, incluyendo la biotecnología, ayuda a producir mas, usando menos agua, fertilizante y pesticida! Sin embargo, esto no es suficiente argumento para muchos de nosotros …
