Wednesday, February 22, 2012

But Not To Night

"Llego de trabajar a las 6 PM, tengo que estar dormido a las 10 u 11 PM para poder despertar a las 5 AM."

Cuando recién llegué a Accra, el tiempo entre las 6 y 10 PM era el peor del dia ... quizas de los peores que he sentido en toda mi vida.
La sóla idea de pasar 4 horas sentado en una cama extraña, re-pensando todas las decisiones del ultimo año desde mi nueva perspectiva de soltería, era como ganarte una anti-lotería, tal cual.
Para que las cosas sean peores : las pastillas para dormir no hacían ningún efecto, el internet era lento y la television limitada

Después de dos o tres semanas miserables, en las que literalmente me dediqué a comer sandwiches de queso feta y coca cola de dieta, la conclusion usual me volvió a tocar la puerta después de algunos años : "Tristeza? no puedes darte este lujo, huevón!"

Con recelo, comencé a hacerle caso, y traté de usar mi tiempo libre para hacer ejercicio y conocer gente. Lo primero no fué tan bien, y lo segundo fue aún peor.
La apatia es una mochila inmensa que te pesa en la corredora, y que se ve horrible en las citas.

Mi trabajo comenzó a convertirse en un alivio diario ... lo cual no iba a permitir.
Pero cuando el destino más te patea el culo, más te da una mano para que te levantes ... había olvidado eso.

Un oportunísimo viaje a Asia me ayudo a poner tantas cosas en perspectiva, en descubrir el inmenso corazon, lleno de amor, que todos tenemos.
Y desde ahí todo fue cuesta arriba ... ni siquiera la visita final pudo devastarme. Aunque como imbécil no soy, y práctico si (y mucho), decidí que no iba a poder hacer frente a todo por mi cuenta. "Si los médicos pueden ayudar... porque carajos hacerme el del calzon con blondas?" dije yo.

Armado de medicaciones varias, líbido subterraneo y obsesión vigoréxica, regresé contento a Accra ... ciudad a la que había comenzado a decir "hogar" en las últimas semanas : casi salto del acantilado de la Costa Verde cuando me dí cuenta de eso... pero por pura felicidad, ojo. Ademas me inscribí en clases de idiomas y a disfrutar mi nuevo grupo de amigos expatriados.

Y como muestra de que a veces el destino se cansa de patearte el poto, y -mientras va a cambiarle la punta al zapato- solo se acuerda de darte caricias, de pronto en Lima veo que yo -este pimpollo incomprendido- aún tiene lo suyo. Y de regreso, entiendo bien la situacion ... TODOS tenemos derecho a patearle el counter al destino, y llamar a tus angeles por la linea de reclamos. La cosa es saber como hacerlo. Yo les mandé un tuit. A todos.

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