Monday, July 17, 2006

caballocorcho 3



porque caballocorcho piensa. medita. mira hacia abajo y raspa el piso con la patita de fierro. se queda mirando los pequeños rasguños en el cartón. si pudiera descansar un poco, lo haría. se molesta. sacude la cabeza de latón y emite el mismo sonido de una lata de coca cola al abrirse. raspa un poco más y piensa otra vez. piensa demasiado para tener la cabeza de corcho!

"me duele..."

no puede contener las lágrimas de barniz : "no me vayas a decir que... " . no por ser de viruta, su cerebro de podía dejar de procesar el hormigueo que produce el vacío, el desasosiego, la ilusión rota con una moneda de 5 centavos. "acaso no estuve ahí para que rías con mi sonrisa estática? acaso no estuve cuando necesitabas saber cuanto mide una risa? cuanto pesa una lágrima ... cuanto cuesta una mirada?"

caballocorcho sigue raspando el piso con la patita de fierro... ya comenzó a despegarse la pintura de témpera. ni el trompo apoyado en una esquina, ni el camión de madera se dan por enterados. se aleja unos palmos y voltea la cabeza hacia arriba, hacia el borde de la caja y dice en voz muy bajita, casi como para sí mismo "hagamos un trato ... déjame volar". a trote ligero se iba acercando a la misma esquina de la caja de juguetes. "déjame volar" repitió. "quiero vivir en la luna... ahí le contaré a todos que tu me hiciste volar... pero por favor.... déjame volar a la velocidad del sonido... tan rápido que no pueda escuchar lo que pienso... y lo que quiero dejar de pensar"

las cosas buenas le pasa a la gente buena. el no era gente precisamente, pero sabía que existía un tipo de orden que le permitiría demostrar que cuando se él se fue, en realidad no se alejó.


Lima, julio 2006

2 comments:

Fernando said...

aunque eso importe poco menos que una aceituna sin pepa

Anonymous said...

caballocorcho merece una medalla hecha de platina de chocolate!